Historia
La tradición cuenta que este municipio fue fundado por los musulmanes cuando ocupaban estas tierras; incluso si hacemos caso al nombre originario, Pozuelo de Torres, podría estar haciendo referencia a las atalayas árabes tan comunes en este territorio, y cuya finalidad era la de organizar una línea defensiva frente a la presión de los reinos cristianos. El asentamiento urbano surgirá cuando finalmente los territorios fueron reconquistados por Alfonso VI; un hecho importante y que no podemos olvidar fue que la definitiva conquista de estas tierras la realizó el arzobispo de Toledo Bernabé de Agen en el año 1119. Unos años más tarde, en 1126, Alfonso VII donó estos territorios al Arzobispado toledano, con lo que se incorporaron al señorío prelaticio y su historia se unirá a la de los arzobispos de Toledo:
"...del Castro ahora llamado Alcalá, pero antes Compluto, con todos sus términos antiguos y que tuvo cuando más floreció, así en tiempo de los sarracenos como en el de nuestro abuelo de buena memoria el Rey Alfonso... "
"Toledo: Alcalá de Henares y su tierra, que comprende las villas de Torres, Loeches, El Campo, Billaldilla, El Olmeda, Pozuelo, El Villar, Orusco, Valdilecha, Tielmes, Carabaña, Torrejón de Ardoz y Valverde.Aldeas de la tierra de Alcalá: Los Hueros, El Pozuelo, Arganda, Anchuelo, Corpa, Camarmilla, Camarma de Esteruelas y Valcuela.Villas de la casería de Alcalá: Ajalvir, Pesadilla, Daganzuelo, Los Santos y Ambite".
Hemos de esperar hasta el siglo mi para poder contar con datos escritos que nos ayuden a recomponer la historia de esta localidad; en 1580 se recogen las respuestas que dan los vecinos a las cuestiones planteadas en las Relaciones Topográficas de Felipe II; gracias a esta obra sabemos que en aquel momento el municipio se llama Pozuelo de Torres, y que pertenecía al Arzobispado de Toledo; curiosamente encontramos reflejado que el pueblo carecía de agua, lo que nos lleva a pensar que probablemente el nombre de pozuelo seria en referencia a la necesidad que tenían los vecinos de extraer el agua de pozos, tanto para beber como para sus necesidades básicas, aunque esto no deja de ser una hipótesis no refrendada por ningún documento.
Continuando con las Relaciones, sabemos que contaba con una población de 210 vecinos, y que las casas que conformaban el núcleo urbano eran "... de tierra y yeso cubiertas de teja..."; también ya por aquel entonces estaba levantada la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos, construida en la primera mitad del siglo.
Hemos de dar un salto en el tiempo para llegar hasta el siglo XVIII y encontramos nuevamente con referencias sobre el pueblo mediante el Catastro del Marqués de la Ensenada; así sabemos que en 1752 vivían en Pozuelo 246 vecinos, cinco eclesiásticos y 2 nobles. Existían 223 casas de las cuales ocho se encontraban arruinadas. La villa pertenecía en aquel tiempo a la provincia de Toledo, partido de Alcalá de Henares y era una de tantas villas pertenecientes al Señorío del Conde de Oñate, el cual: "recibe los derechos de alcabala, fiel, medidas, nombramiento y gastos de Justicia. Mas un regalo. Todo supone al año 9.025 reales".
Continuando con el Catastro podemos hacemos una idea muy clara de cómo era la sociedad que vivía en Pozuelo; así sabemos que la ocupación principal era la de jornalero, aunque también habla un herrero, carpintero, albañiles, sas¬tre, zapatero, e incluso están registrados 31 pobres de solemnidad. En cuanto a su economía, evidentemente se basaba en la agricultura, produciendo trigo, centeno, cebada, avena, vino y aceite; en cuanto a su industria solamente contaba con dos molinos aceiteros.
Llegado ya el siglo XIX, en 1826 se lleva a cabo la obra Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal, de Sebastián Miñano; en el mismo nuevamente volvemos a encontrar referencias escritas sobre Pozuelo:
"Villa secular. Provincia de Madrid, partido de Alcalá, arzobispado de Toledo. 250 vecinos, 1.008 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito, 1 ermita extramuros. Situada en una planicie, al nivel del puerto que tiene al N; terreno peñascoso, Y clima frío y desigual. . Carece de río, fuentes y manantiales, pero abunda de pozos y aguas subterráneas, y tiene una charca grande o lago, donde se recogen las aguas movedizas del pueblo y sus inmediaciones, que sirve para la recolección de hielo, en un pozo de nieve que hay inmediato. Uno y otro son propios de la villa, como también un molino de aceite. Esta charca, que se suele secar en los estíos, produce mucha turba, excelente para el abono de tierras, y para carbón vegeto-animal, que resulta de una inmensa porción de materias vegetales y animales que bajan de las calles siempre sudas, y de una multitud de insectos que procrean en sus aguas cenagosas. El término de esta villa es seco y llano, aunque desigual, sin más árboles ni prados que los olivares, viñas y un pedazo de monte bajo. Produce mucho trigo, cebada, algunas legumbres, aceite y vino. Industria: tráfico de panadería, y cría de ganado lanar. Dista 2 1/2 leguas de la cabeza de partido, 5 E. De la capital, y 6 de camino militar de Pastrana, pasando por Escopete. Contribuye 24.934 reales 23 marave¬díes. Derechos enajenados: 100 reales 18 maravedíes"
Como podemos apreciar, la vida en este municipio no había cambiado demasiado prácticamente con el cambio del siglo; demográficamente continua inalterable, y su economía continúa siendo la agricultura. En 1887 se encuentran censados 1.250 habitantes, que viven en 230 casas, en su mayoría de una sola planta, y que se agrupan en tomo a las calles:
“Valparaíso, Bajada al Molino, Real, Barbacan, Manzanilla, Polvo, Garrapata, Peñuelas, Acunia, Pasión y Paraíso, con la travesía de la Plaza, el callejón del Paraíso, la de Procesiones, José Gordo, Gitanos, Esparteros, Amargura, Paloma, Mediocelemín, Cuesta del Alvareño, Balcón de Pilatos, Palma, Santa Ana, Clara García Coruecho, con la plaza y plazuela de la Constitución”
Como podemos apreciar, el número de calles era importante, y esto era debido a que las casas se extendían en diseños horizontales y no verticales. Contaba el pueblo con una fuente denominada "el Puvidiello" y un pozo conocido como "la Rejona", siendo estos dos elementos los que abastecían de agua para el consumo de la localidad.
Si como hemos señalado, no se produjeron grandes transformaciones en el paso del siglo XVIII al XIX, tampoco van a ocurrir grandes cambios cuando haga su entrada el siglo XX, aunque si que notaremos un importante descenso poblacional. En la obra de Juan Ortega Rubio, Historia de Madrid y los pueblos de su provincia, publicada en 1921, se describen los datos del censo de 1910, donde se contabiliza en la población 584 habitantes de hecho y 641 de derecho, cifra esta última que nos habla de vecinos de la localidad que no residían en el propio municipio.
Cuenta en la década de los años veinte con una Casa Ayuntamiento y dos escuelas, una de niños y otra de niñas; el edificio más destacado es la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos, aunque a las afueras del pueblo tiene otra obra arquitectónica de buena factura, la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza.
Según va avanzando el siglo el pueblo va despoblándose, así en 1930 contaba con una población de 509 habitantes, mientras que en 1960 solamente alcanza los 396.
De 1960 a 1986 la población desciende hasta los 207 habitantes, cifra que ha oscilado muy ligeramente hasta el año 2000. En la actualidad cuenta ya con más de 1100 habitantes.
Hoy, Pozuelo del Rey, continúa siendo uno de los pocos municipios madrileños, donde la agricultura sigue jugando un papel destacado frente a los otros sectores productivos; este hecho provoca que el municipio no haya experimentado un desarrollo económico, como el que se podría esperar de una población cercana a Madrid. Sin embargo, en los últimos años, e influenciada por sus poblaciones vecinas, se está apreciando un proceso de edificación de segundas residencias, que trae implícito un aumento poblacional, y supondrá en un futuro un desarrollo del sector servicios.